¿Qué mierda se supone que haga? Otra vez estoy penando sin dormir, fumándome un pucho a las 8 de la mañana, con los ojos fríos sin poder llorar; aun así la angustia me consume y no dejo de pensar, "no todos los caballos llegan". Quiero llorar, pero a la vez sólo quiero que estés bien, a costo de dejar de verte, a costo de extrañarte horriblemente.
Siento nauseas, el estómago reacciona cuando mis pupilas no y sólo pienso en verte.
No asimilo la idea de perderte (aunque nunca te tuve), pero vale más el dolor de no verte que el dolor constante de tocarte sin que me quieras; el deseo ya no se alimenta por sí mismo, y el placer se aplaca por el sufrimiento. No quiero mentirte, ahora se que te quiero. Yo no lo busqué, simplemente sucedió.
"La chica del colectivo" ya no tiene esperanzas, vio dibujada en tu sonrisa su desolación. "La chica del colectivo" toca timbre y baja en la próxima parada, sin mirar atrás se encamina lentamente hacia el hastío, y el viento asesino de este invierno hiela sus mejillas húmedas de un adiós callado.
Quizás te olvide en un mes o dos o un año; quizás la próxima vez que te vea me tiemblen las piernas, o no pueda mirarte a los ojos. Tal vez en un futuro descubra que lo que siento por vos en este momento fue pura ilusión, que mis pupilas vieron lo que les inventé. No se qué va a pasar después, únicamente se lo que me ocurre ahora y no me hace bien.
Me siento tan frustrada otra vez; es que todo de vos me gusta, aunque no es mucho lo que conozco. Esto está quedando horrible, no puedo escribir nada bueno que exprese cómo estoy. Necesito alejarme, refugiarme en una armadura de acero, en mi burbuja de cristal blindado,; ya no quiero balas en el corazón, el pobre ya está muy castigado.
Me gustaría poder manejar la situación de otra manera, lamentablemente sigo siendo una niña, sigo siendo la niña impulsiva que el chico lindo nunca invita a bailar.
Soy orgullosa, es cierto, me lo recuerdan mucho últimamente pensé que lo había superado: la negación es un poderoso placebo, un escudo perecedero. Me costó mucho darme cuenta de cuánto me gustás, y descubrir que los recuerdos repentinos de momentos con vos eran manifestaciones de mis deseos de verte. Me di cuenta en el momento menos oportuno, de una manera muy violenta, fue un despertar a cachetazos.
Lo que menos quiero es estorbarte, quiero que tengas buenos recuerdos de mí, yo simplemente disfrutaba creer que te cuidaba, verte reír Yo no te importo ¿Qué puedo hacer? Nada, no depende de mi, las cosas se dieron así, y aunque ahora me digan que hay otros, lamentablemente sólo me interesa uno y los otros siempre serán otros, lejanos, y nunca tan lejanos como vos; me di cuenta tarde, pero creo que jamás estuve a tiempo realmente.
Siento que no he dormido en siglos; las últimas veces que dormí y soñé y descansé fue a tu lado, como ayer a la tarde, sin embargo me parece tan distante. Despertarme y verte dormido inexplicablemente me hacía sonreír.
Ésto es estúpido, como si algún día te fuera a dar esta carta pienso las palabras precisas en busca del significado correcto.
No quiero mentirme más: Nunca fui, no soy, ni voy a ser nada para vos, sólo unos buenos revolcones y alguien que evita que duermas solo; un objeto sustituto sin valor, una muestra gratis de shampoo.
Solo quiero que sepas estar bien, se que vas a estar bien, y a mí, tarde o temprano, se me va a pasar; eventualmente todo se va.